jueves, 16 de noviembre de 2006

Al Papa los chistes no le hacen ni puta gracia...

Creo que ayer por la noche se lo comentaba a Ajo, mi novia. Tendemos a pensar que las personas que tienen ocupaciones religiosas son distintas del resto de las personas, que es como si fueran mejores.
No. No son mejores. Tienen otro trabajo, eso es todo. Me llama mucho la atención cuando a veces ocurre la desgracia de que asesinan a un religioso en algún lugar remoto, y siempre se hace hincapié en que era un religioso, como si fuera doblemente grave matar a un sacerdote o a una monja que a un ingeniero o un jardinero (particularmente me resultan mas útiles para la sociedad los jardineros o los ingenieros, pero repito que es una opinion muy muy personal), como si hubiera categorías en las personas por la función social que desempeñan. Los religiosos son personas como las demás con sus mismas debilidades y defectos. Alguno de vosotros de verdad piensa que son mejores personas?


Bien, pues resulta que el Vaticano se está quejando porque se realizan en la televisión italiana (y en la nuestra he visto alguna vez un guiñol de Benedicto XVI) sátiras mas o menos mordaces de la figura del Papa y de alguno de sus colaboradores. Y resulta que el Vaticano ha exigido que cesen esas sátiras. Así es... ha exigido.

Vamos a ver, el Papa es la máxima figura política, dejando aparte la religión, del Estado Vaticano, es su dirigente máximo y hasta tiene una guardia de bien entrenados soldados en su país (la guardia suiza). Es una figura pública y relevante en el panorama internacional, aparte de manejar hilos económicos muy importantes. Es como otros mandatarios y personalidades importantes. ¿Os imagináis a George Bush exigiendo que dejen de meterse con él y de hacer bromas a su costa? ¿No os reiríais en su cara si pudierais al oírle decir eso?. Creo que es un derecho fundamental del ser humano poder reirse de los demás y de uno mismo. En casos extremos es casi lo último que nos queda. Si no pudiera reírme de personajes como Bush, Putin, Mahoma o el Papa reventaría. A veces somos impotentes ante la estupidez de las acciones o diretes de alguno de estos 'ilustres', y la risa o burla de ellos es la única válvula de escape que tenemos.

Además, la sátira forma parte de nuestra cultura desde tiempos inmemoriales. Recordemos las pintadas satíricas en las calles de la antigua Roma, las representaciones burlescas en los anfiteatros griegos, o las corralas de teatro, donde se representaban sátiras para el populacho en las que literalmente se ponía verde a la clase dirigente. ¿Que sería de la figura de Quevedo si no fuera por su gran sentido de la sátira y la ironia?. En la época del régimen franquista eran semanarios como La Codorniz los que aliviaban un poco la tensión de la gente cuando se permitían sátiras veladas de la situación política o del mismísimo Franco. Ahora resulta que viene el Papa, o lo que es lo mismo, un consejero directo suyo (además el Papa todavía no ha dicho ni pío, con la que se ha montado... y el que calla... otorga) a exigir que no se hagan más sátiras del pontífice. Decididamente, tampoco estaba de acuerdo con muchas de las cosas que predicaba, pero como hecho de menos a Juan Pablo II.


JP2 rocks !!

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