martes, 7 de noviembre de 2006

Lo que nos faltaba por ver...aquí está

Hace unos días que un compañero de trabajo, Alex Carvalho (Camarada Doudaiev), me mandó un enlace a una noticia aparecida en sitio de noticias y eventos Galicia Digital, en la que se anunciaba que una empresa, Coaxis, sortea un contrato fijo al ganador/a de un concurso de teleoperadores (que es a lo que se dedica la empresa). Estos son algunos párrafos del artículo:

"Coaxis España, multinacional francesa, líder en televenta de productos congelados presentó en las instalaciones de la Confederación de Empresarios de Pontevedra la segunda edición el "Concurso de Telemarketing".
Esta edición cuenta con la colaboración del Concello de Vigo, el IGAPE y la ONCE. Se espera la participación de más de 130 concursantes a nivel nacional.
El ganador del primer premio del concurso recibirá un contrato indefinido y formación en Coaxis España, el segundo y tercer premio serán contratos de 6 meses y 3 meses respectivamente además habrá premios en metálico y bonos en productos congelados, trofeos y diplomas. Los ganadores serán contratados para su call center ubicado en Vigo. El acto contó con la presencia de Franck Sastre (Director de Coaxis España) y Leopoldo Yeste Sánchez (Subdirector de Promoción Empresarial del Instituto Galego de Promoción Económica -IGAPE), Marta Iglesias (Concejala de Bienestar Social de Vigo) y Josefa Jamardo (ganadora del primer concurso 2005)."


Y lo anuncian así, tan panchos, como cualquier otra noticia sin importancia de esas que vemos todos los días, como quien anuncia que otro coche bomba ha matado a otra treintena de personas en Irak, el pan nuestro de cada día.
Quieren conseguir convencernos de que esto es lo normal, de que las casas cuesten no sólo un riñón, sino todo tu carnet de donante de órganos, de que los sueldos no suban, de que durante la semana la mayor parte de tu vida está dedicada al trabajo, de que vivir en términos de subsistencia sea lo normal. Quien se queja de las cosas normales? Cuando algo extraordinario, en el sentido de fuera de lo habitual, termina deslizándose hacia la normalidad, es cuando es asimilado y termina fomando parte del día a día. La gente ni se lo cuestiona, no se lo plantea. Es cuando las cosas se incorporan al montón de otras cosas que engloba la expresion 'El mundo es así' o 'La vida es así'. Pues no debería. Coño.
Resulta que sortean un contrato fijo como si fuera un artículo de lujo, lo triste es que tal y como están las cosas lo es. Pero me jode, me jode tremendamente. Me jode ver cómo caminamos hacia una realidad cotidiana que hace sólo una década sería un cuento surrealista. Una realidad donde dentro de poco se sortearán contratos fijos, se regalarán como premio 50 litros de agua mineral apta para el consumo humano o seremos premiados con 2 bombonas de auténtico aire puro. Cosas que deberían ser un derecho se transforman en un lujo al alcance de unos pocos afortunados. La gente que quiere tener una casa se tiene que apuntar a un sorteo donde se rifan 300 casas entre 20000 aspirantes.
Me acuerdo de un anuncio, no muy bien del producto o campaña, en el que se veía una sala llena de ricachones prototípicos donde se realizaba una subasta, y lo que se subastaba era una mesa de madera hecha con el último árbol de la Tierra. Según parece no estamos muy lejos de ese momento.
Lo que mas me ha flipado del asunto y en realidad lo más desesperanzador es ver como encima el evento está apoyado y tiene el beneplácito de las instituciones, allí estaba el Concello de Vigo y la concejal de Bienestar Social, ...de ... Bienestar... Social..., si alguien ha leído 1984 verá en esto algo tan contradictorio como el Ministerio del Amor o el Ministerio de la Verdad de ese libro, que cada día me parece más iluminado y más profético. Es el reconocimiento implícito y explícito de la precariedad laboral contra la que dicen luchar y de la que se apuntan tantos día si, día tambien.
No dejéis engañar, no os dejéis tentar, no dejéis que el Lado Oscuro os alcance...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué gran verdad y qué triste me he quedado después de estas conclusiones. Es que hoy en día la gente necesita que todo pase más de dos veces por delante de sus narices para darse cuenta de lo que tienen delante. Y lo más triste, es que es así con todo.. Con el trabajo ¨( lo fundamental para subsistir y para sentirse persona) y también entre nosotros mismos. Un ejemplo tonto pero muy fácil. Yo llevo una semana sin ver la tele, y mi calidad de vida no solo ha aumentado, sino que me duele menos la cabeza cuando me voy a la cama. Así, creo que todos podríanmos pensar mejor, y ver lo que tenemos delante,no sé por ejmplo...el mundo??...