jueves, 2 de noviembre de 2006

Metro a Metro...

Muchos sabréis de las incomodidades que tiene que soportar uno cuando utiliza el Metro en Madrid para ir a currar todos los días. Puede ser el desgraciado que te pisa y ni se gira para pedirte perdón, pese a que el hijo de perrilla sabe que te ha destrozado el juanete. O ese chaval que perfuma el ambiente con los olores de ese cuerpo rebosante de hormonas, recién estrenado en la pubertad, y que no asea con la suficiente frecuencia. A esos particularmente les estrujaría el cogote con mis propias manos, que no se lavan los hijos de puta ni por egoísmo. Me explico: seguro que a esa edad (y a cualquiera, parece, jeje) las ganas de follar aprietan mucho, pues los cabrones no se lavan ni por la oportunidad que eso les daría de que algunas tías se les acercaran en vez de salir despavoridas por el pestuzo mientras se imaginan: 'dios, si así le huele el sobaco...¿como le olerá la boca? ¿o peor aún....las ingles?'.
Pues bien, estas cosas me irritan, pero hay una que me fastidia sobremanera y que me pone de muy mala virgen... aquellos que te preguntan ¿te vas a bajar? cuando estas llegando a la estación correspondiente.
Explico ahora por qué. Esta mañana estaba en uno de los vagones de la línea 10, casi aplastado contra una de las puertas del vagón, por la cantidad de gente que a esas horas (8 y cuarto de la mañana) hay en esa línea. Un tipo que está detrás mío me pregunta: ¿vas a bajar?.
Vamos a ver, soplapollas. Piensa en lo que me estas preguntando. Hay dos opciones: sí...o no.
Si es que sí me voy a bajar, que podría ser puesto que estoy al lado de la puerta, la pregunta no tiene sentido, me bajaré en la próxima...y tu después que yo. Si es que no, entonces lo que me quieres insinuar es si vas a poder bajarte tú del vagón, o sea que si me voy a mover para dejarte bajar.... pues está claro que o bajo o desaparezco de ese sitio porque de lo contrario moriría aplastado o sufriría terribles agresiones en forma de empujones, codazos y pisotones, pero todo esto va a ocurrir de todas formas aunque tú no me lo preguntes, entonces la cosa es 'por qué, aún así, me lo preguntas?'. Conclusión: todos los que preguntan esto no quieren saber si te bajas en la próxima, lo único que quieren es dar por el culo, en lugar de tener que decir 'permiso' o 'perdón' o 'disculpa, me dejas?' cuando quieran bajar, lo que les colocaría en situación de inferioridad, - ya sabemos que en este país ser amable o educado con la gente los demás lo interpretan como signo de debilidad o inferioridad- , entonces lo que quieren es pasarte el muerto a tí y, si tú no te bajas en la siguiente, hacerte a tí responsable de la movilidad de ellos cuando son ellos los que si quieren pasar o moverse deberían pedir permiso para hacerlo. Así eres tú el que tienes que poner cara de cordero degollado y de 'perdone usted, no me bajo en la siguiente y soy un puto estorbo'. Y así consiguen que te sientas culpable y empieces a retorcerte dentro del vagón buscando la postura que menos impida el paso de esa persona y le facilite la bajada, mientras el mentecato en cuestión se limita a observar. La próxima vez, aunque no vaya a bajarme en la siguiente, contesto que sí. Y que se joda.

PD: la ostia lo bien que uno se siente cuando pones a caldo a la peña (y dices tacos). No, si va a ser que esto es una buena terapia....

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